¿Qué es la neuroarquitectura?
Una tendencia cada vez más en auge desde la llegada de la pandemia de la covid-19. Y algo que nos quedó muy claro durante ese tiempo en casa es que el entorno donde vivimos y trabajamos influye y mucho en nuestra salud, nuestro estado de ánimo y en nuestra productividad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasamos alrededor del 90% de nuestro tiempo en entornos cerrados. Todo esto impacta en los procesos cognitivos. Pero, ¿qué sucede en nuestro cerebro cuando pasamos mucho tiempo o, incluso, días en espacios cerrados? ¿Por qué cada color, vista o iluminación influye de una forma u otra en nosotros? Por ejemplo, está comprobado que las zonas verdes reducen los niveles de estrés y cansancio mental, y aumenta el bienestar de cada usuario.
La neuroarquitectura surgió en el siglo XX debido a la experiencia de Jonas Salk, virólogo que descubrió la vacuna de la polio. En un viaje de descanso que realizó a Italia, se hospedó en un monasterio franciscano del siglo XIII, en la Basílica de San Francisco de Asís, de estilo Románico Lombardo. Contiene dos templos, un claustro, preciosas vidrieras … y es todo un claro ejemplo de creatividad y paz en un conjunto monumental referente para el mundo del arte y la arquitectura. El caso es que cuando volvió al trabajo logró terminar con éxito su investigación a la vacuna del polio. Tiempo después, convencido el científico de que su viaje y estancia en este lugar había sido clave para encontrar la vacuna, construyó junto a Louis Kahn el Instituto Salk, lugar donde se asientan las bases de la neuroarquitectura.
La neuroarquitectura es un área de la arquitectura que, con datos y evidencias científicas, estudia de manera objetiva y sistemática cómo los espacios construidos cambian nuestras emociones y capacidades. Su objetivo es construir espacios que mejoren la productividad, comodidad y tranquilidad de las personas. Esta disciplina cambia las sensaciones que transmiten los espacios a datos que son medibles. Esto asegura el análisis desde el punto de vista científico qué provocan los edificios y, así, buscar soluciones empleando herramientas médicas e innovaciones tecnológicas. Por tanto, la neuroarquitectura define la relación que se establece entre la mente y el entorno físico que nos rodea. Esta unión entre disciplinas parte de la necesidad de encontrar un razonamiento al vínculo existente entre espacios y conexiones neuronales. Por eso es que estudia el sistema nervioso central, el cual activa diferentes mecanismos en función del tipo de estímulos que se reciben del espacio donde estamos, generando los efectos bottom-up y top-down.
Mide, entre otros casos, qué pasa cuando entramos en una habitación pintada de naranja, si es muy oscura o tiene una temperatura fría. O qué sucede si tocamos un material rugoso, qué forma tiene la habitación: cuadrado, redonda … En cada uno de estos casos, la frecuencia cardíaca varía, al igual que los niveles de ansiedad.